Los amigos enriquecen nuestra vida de distintas maneras. Los buenos amigos nos enseñan acerca de nosotros mismos y nos retan a hacer las cosas mejor. Nos motivan a seguir adelante cuando los tiempos se ponen difíciles y celebran nuestros éxitos con nosotros. L@s amig@s nos ayudan a que no nos aislemos ni nos sintamos solos.
Con ellos, nos sentimos con compañía. También nos hacen sentir que pertenecemos, que estamos aquí por un propósito. Con ell@s nos sentimos más felices y menos estresados. Pero lo más importante es que con l@s amig@s la vida se disfruta más.
L@s buenos amig@s nos ayudan a enfrentar los momentos más difíciles de la vida como traumas, divorcios, enfermedades serias, pérdidas de trabajo o la muerte de un ser querido.
Nos motivan a ser mejores versiones de nosotros mismos y nos pueden animar a cambiar o evitar malos hábitos. Diversos estudios han revelado que tener fuertes lazos de amistad contribuyen a una buena salud mental y física y evitan el aislamiento.
Las relaciones de amistad a una edad temprana afectan profundamente el desarrollo de los niños.
Les provee a l@s pequeñ@s un contexto valioso donde desarrollar habilidades sociales, cognitivas, emocionales y de comunicación. De acuerdo al Dr. Paul Schwartz en su artículo: “Importance of Friendship in Childhood and Adolescence”, estás también proveen numerosas funciones importantes incluyendo, compañía, estimulación, apoyo físico, apoyo al ego, comparación social, establecer relaciones estrechas y a sentir afecto. Estas funciones tienen diferentes niveles de importancia en las diferentes etapas de desarrollo.
Amistad como un(a) compañer@ de juego accesible
En la primera etapa, la amistad, para pequeñ@s menores de 7 años, está basada en la proximidad geográfica o física y es muy ego céntrica. Un(a) amig@ es un(a) compañer@ de juegos que vive cerca o tiene juguetes “padres”. Hay muy poco entendimiento de la perspectiva de la otra persona o de sus rasgos de personalidad.
Amistad como asistencia y confianza mutua
En la siguiente etapa, entre los 7 y 9 años, los niños empiezan a entender el concepto de reciprocidad y a desarrollar consciencia de los sentimientos de l@s otr@s niñ@s.
En la etapa de la pre adolescencia, entre 9 y 12 años, las amistades se empiezan a basar en los patrones de dar y recibir. L@s amig@s se empiezan a ver como personas que se ayudan entre ellas y los lazos se fortalecen cuando se defienden entre sí creando un sentido de pertenencia. En esta etapa, se dan cuenta que pueden evaluar el comportamiento de l@s amig@s y que por ende su comportamiento también está sujeto a evaluación.
La confianza, el punto de referencia de una amistad madura, empieza a aparecer por primera vez. En partes más avanzadas de esta etapa, las fisuras en la amistad no se pueden reparar tan fácilmente como a la edad más temprana, ahora disculpas y explicaciones son necesarias.
En la niñez, los patrones de amistad se basan en compartir actividades como jugar a la pelota, andar en bicicleta o usar computadoras. Durante la adolescencia, las amistades asumen un rol más crucial y multifacético. Conforme l@s jóvenes se vuelven más independientes empiezan a depender más de l@s amig@s para tener apoyo emocional.
Las relaciones de amistad, se convierten en campo de prueba de nuevos valores y comportamientos. L@s amig@s cercanos le ayudan al adolescente a darse cuenta de su propia identidad. Para aceptar esta identidad, el adolescente debe sentirse aceptad@ y querid@ por otr@s. Adicionalmente, el status de l@s amig@s, provee una sensación de autoestima. Durante esta etapa, se desarrollan patrones de amistad madura mientras profundizan en la confianza, la intimidad y aumento de la empatía.
Las amistades en esta etapa proveen muchas estructuras de desarrollo benéficas para la salud psicológica y la competencia. Esto incluye las oportunidades de explorar el “yo”, desarrollar un entendimiento más profundo del “otro”, proveer apoyo lidiando con el estrés cotidiano y mejorar las actitudes e involucramiento en el colegio.
Calidad y Consecuencias de las Amistades
No hay duda que tener amig@s es muy importante para l@s niñ@s. La mitad de los niñ@s con problemas emocionales o de comportamiento no tienen amig@s o experimentan dificultades en las interacciones con sus compañer@s.
Las amistades contribuyen significativamente en el desarrollo de las habilidades sociales, como ser sensibles al punto de vista de otras personas, aprender las reglas conversacionales y aprender comportamientos apropiados a la edad y al sexo. Ayudan también a descubrir el “yo” y el valor propio.
L@s amig@s también tienen una fuerte influencia en el desempeño positivo o negativo en la escuela y también puede ayudar a fomentar o disuadir los comportamientos negativos. Una investigación revelo que la felicidad es contagiosa entre grupos de amig@s por lo que si un(a) niñ@ esta experimentando depresión, si tiene amig@s felices, le ayudará a mejorar su estado.
Comparados con niñ@s que carecen de amig@s, l@s niñ@s con buenos amig@s tienen una alta autoestima. Tienen más tendencia a ser más sociales, tienen menos probabilidad de estar sol@s, pueden afrontar mejor el estrés cotidiano y las transiciones normales y suelen ser menos victimizad@s por compañer@s.
Todas las personas experimentan dudar de sí mismas de vez en cuando, pero tener amig@s que te apoyan, juega un papel importante en construir tu autoestima o que tanto te aprecias y amas a ti mismo. Estos amig@s te pueden ayudar a sentir más confianza ofreciendo palabras de aliento o elogios cuando te sientes inseguro.
Un dato interesante es que l@s niñ@s con amig@s de ambos sexos, como grupo, son más adaptad@s y tienen mejores herramientas sociales que l@s niñ@s que tienen solo amistades del mismo sexo.
Si haces amig@s con personas que son generosas con su tiempo, que ayudan a otras personas, que sobresalen en el ámbito académico, musical o deportivo, que son ambiciosas o más orientadas hacia la familia, tu eres más propenso a desarrollar esos valores para ti. Así es otra manera como l@s amig@s enriquecen nuestra vida.
Jim Rohn decía que eres el promedio de las 5 personas con las que más te relacionas, lo que quiere decir que nuestr@s círculos de amig@s nos pueden influir para bien o para todo lo contrario. Grandes amig@s tienen el poder de ayudarte a moldearte en la mejor versión de ti mismo. Te ven y te aman por quien eres en verdad. Te motivan y te empujan a hacer las cosas mejor y convertirte en la persona que quieres ser, tu “yo ideal”.
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